Algunos de los mayores frenos a la creación de una Alternativa Social y Nacional han sido las constantes guerras planteadas contra entidades que DE MOMENTO son imposibles de vencer. El desgaste en estas luchas estériles ha sido infinito y los resultados desalentadores, especialmente cuando las entidades a las que nos hemos querido enfrentar no son enemigos tangibles, sino entidades a veces incluso supranacionales: Capitalismo, Constitucionalismo, Globalización, Democracia, Imperialismo, Sistema…Fuerzas inmensamente mayores, países incluso bloques lo han intentado sin éxito y se ha plegado ante la aplastante realidad. Sin embargo algunos todavía se empeñan en levantar banderas que hasta el gigante asiático ha arriado.
El hecho de que organizaciones compuestas por unas decenas de militantes hagan que el eje de su existencia sea la lucha contra esas entidades nos indica qué camino debemos abandonar, máxime cuando esas organizaciones tienen decenas de militantes no porque acaban de nacer, si no que sólo tienen decenas de militantes después de decenios de existencia.
Es la Antiglobalización uno de los grandes mitos, una de las grandes banderas, una de las grandes batallas. Pero es una de las grandes batallas a perder. Es absurdo luchar contra la globalización cuando hoy por hoy, nuestro medio de comunicación por excelencia es internet. ¿Y no es internet el paradigma de la Globalización?
Es evidente que la Globalización es la causa de mucho de los males de hoy y son muchos sus tentáculos: Globalización económica y financiera, globalización cultural, globalización militar, globalización política…
¿Podemos poner puertas al campo? ¿Podemos evitar que desde mi casa compre acciones de la bolsa de Tokio? ¿Podemos evitar que desde un banco de un parque de cualquier ciudad vea las insurrecciones de Siria o de Barein? ¿podemos evitar que desde cualquier terminal de telefonía leamos el último libro publicado o la última edición del New York Times?
Hemos asistido sin darnos cuenta a uno de los acontecimientos más importantes de la Historia Universal, y es la revolución total de las comunicaciones: De forma instantánea fluye el dinero, el sonido, las imágenes, las noticias, los mensajes, las cartas personales, las directrices empresariales. De forma instantánea y desde las yemas de nuestros dedos.
¿Vamos entonces a oponernos a la Globalización de las comunicaciones? ¿Qué vamos a hacer? ¿Prohibir la venta de ordenadores, de portátiles, de teléfonos móviles? ¿Limitar el uso de la red o simplemente desconectarla?
¿Podemos oponernos a la globalización económica y financiera cuando todos los días estamos pendiente a lo que dicen las agencias de calificación y cómo estas van a afectar a la colocación de nuestra deuda? ¿O es que quizás debemos renunciar a colocar nuestra deuda?
En los mismos términos podríamos plantear todos los componentes de la Globalización, como son la cultura, la guerra, el deporte, el arte…
Es nuestro deber, en estos momentos en los que las realidades nacionales se diluyen ante los todopoderosos mundialismo y multiculturalismo, reivindicar las esencias nacionales, difundirlas, propagarlas, extenderlas, contagiarlas. De la misma manera que durante siglos han pervivido las realidades regionales dentro del proyecto común español, podemos defender, mantener y difundir las realidades históricas y culturales de España dentro de otras realidades supranacionales. Todo el mundo puede entender la grandeza de nuestra Historia y las gestas de sus héroes. La gran mayoría puede sentirse orgulloso de las mismas y es más, me atrevería a decir, que los españoles están deseosos de que alguien les muestre o les recuerde su pasado, un pasado del que presumir, un pasado que es el nexo de unión de las generaciones actuales. Y esto es algo huérfano de partido, organización o asociación. Una bandera que nadie se ha atrevido a levantar, un campo en barbecho esperando que alguien se decida a sembrar.
Historia, Identidad, Gestas, Héroes, Santos, Batallas, Artistas universales, obras de arte en los museos de todo el mundo, Riqueza cultural como ningún otro país soñaría tener. Mil razones para recuperar el Orgullo, la Identidad y la Dignidad Nacional.
¿Cómo? Blogs, asociaciones, conferencias, encuentros, jornadas, campamentos, iconografía, música, dibujo, fotografía, visitas a museos, excursiones a monumentos, celebraciones históricas, merchandising y…sobre todo, aprovechando las herramientas que la denostada globalización pone a nuestro alcance.
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